El precio de la Magia

15.01.2018

Caminamos sobre una vereda muy ancha para un bosque, pero ¿Qué tan ancha puede ser una vereda en una ciudad muy primitiva escondida en el bosque? Yo lo sé: mucho.  Miré alrededor con esperanza de encontrar una salida rápida en caso de que me atacaran. Humanos, criaturas repugnantes que por alguna razón poseen alma aún cuando se traicionan entre sí y a lo que le rodea.

Había más casas de lo que alguien se podría imaginar ¿Dónde y cómo comenzaron a desarrollarse? Sé que hubo gente como los bárbaros y la antigua Espeña que que fueron civilizaciones de humanos que encontraron muchas tierras en las que se siguieron desarrollando, al final ellos causaron su propia extinción, y una muestra de ello era Los Feudales Unidos del Norte. Tampoco es que sepa mucho de su historia, la verdad es que son más un mito que un registro histórico.

Seguimos nuestro camino.

-¿Se pueden saber a dónde me llevan?-cuestioné.

-Supongo que estás en tu derecho extraño- respondió la niña que ahora tenía un rayas del sol en su hombro.

-¿Qué haces con un animal tan peligroso en tu hombro? No te vaya a morder ese rayas del sol, atacan al cuello para inmovilizar a su presa, eso sin contar que tienen garras muy afiladas.

-Mira extraño, que sea una niña no significa que no sea capaz de muchas cosas, yo di caza a este animal...y deja de decir "rayas del sol", ustedes los retro usan muchos términos raro para cosas simples, llámalo por su nombre "tigre".

-¿Qué?

-¡Karyme! Guarda silencio, de verdad que eres pequeña, pero tienes la boca más grande que he conocido. Solo trata de no hacer tanta mención de nosotros, recuerda todo lo que te he enseñado....-intervino la señora.

-¿Así que aquí los "retro" somos como demonios?-interrogué a la señora.

-Me temo que sí, digo, ¿A caso no es los mismo que ustedes piensan de nosotros?

-No sabe de qué habla.

-No, tú no sabes de qué hablas.

Callé enseguida pues no quería llamar la atención de los presentes que veían a lo lejos. Continuamos con nuestro camino y al final llegamos al árbol más grande de los que había alrededor. La señora posó su mano sobre la chapa de cobre y cuando estuvo a punto de girarla tomó aire de manera lenta y profunda.

-Chico...-dijo la señora.-No te conozco, de hecho ahora que lo pienso bien no deberías estar aquí, aquellos que son como tú no nos comprenden, nos miran con desprecio, perdón, nos piensan con desprecio, asco y repulsión. Ustedes creen que solo somos criaturas egoístas que dieron un paso en el viejo mundo, un paso muy grande para la reproducción y posteriormente nos extinguimos, convirtiéndonos al instante en un mito, pero no un mito cualquiera como el de La Casa Trei Morale, ese es un mito que podría considerarse como una religión...de hecho me sorprende que compartamos lengua...pero ese no es el punto. Tal vez no te importemos y sé que no tenemos que, pero quiero decirte que una vez que atravieses esta puerta todo lo que crees o en lo que crees creer será destruido, la verdad duele niño, la verdad duele, y es que solo para exponer un poco nuestro caso y convencerte de que nos ayudes te confesaré algo...la magia nos mata...la magia es mortal para nosotros...verás, la magia como tal emite radiación, radiación que destruye el funcionamiento de nuestros cuerpos...eso es todo lo que diré al respecto. Dijiste que no eres bueno en la magia, que puedes aprender, bueno, esta es una parte del precio: tienes que ayudarnos. 

Me quedé atónito...la magia mata a los humanos....

Pensé que sería una broma, la magia no puede matar, es algo que está presente en todo y todos, es solo un término para describir la interacción entre el espíritu y la energía que emiten los demás cuerpos...que tontería. Además, si la magia es peligrosa para ellos, ¿Entonces cómo es posible que tienen un campo de discreción? Solo se estarían exponiendo a su muerte, algo aquí no cuadra. 

Introduje mi mano al bolsillo de mi pantalón para encontrarme con una esfera. Mi ojo que todo lo ve. Si lo uso podré saber si dice la verdad.

Oscuridad. Fuego. Cuerpos colgando en plena lluvia de sangre. Hay criaturas convulsionando como cantidad de árboles en un bosque. La tierra se parte a la mitad. Un tipo encapuchado y con una especie de bata larga está flotando mientras el caos danza a su alrededor. Un pentagrama verde...una estrella de cinco picos dentro de un círculo y en cada punta un jeroglífico...no supe descifrarlo, pero por alguna razón sé qué es. Muerte.

-Iré con usted y atravesaré esa puerta-dije sin pensar.

Estaba sudando frío mientras mi corazón palpitaba frenéticamente y sacaba mi mano de mi bolsillo. ¿Qué pasó? Ni siquiera quise decir eso.

-Me alegra que vengas niño-dijo la señora.

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